Dicen que cumplir los 25 es más especial que los 24…o inclusive que los 18…; 25 es ese número místico, mitad de lo par y de lo impar, suma de algo más que formas de entender la vida…de lo racional, de lo numérico, y de lo arbitrario, místico y mágico de un 7 dividido en dos partes…Quién cumple 25, puede mirar atrás, sabiendo, sintiendo y amando lo que ha vivido…disfrutando de esa cuarta parte de la vida que le han regalado, que ha compartido a los demás…25 años es el final de un ciclo, principio de otro, transición a otras dimensiones de la humanidad, de los ciclos vitales, de esas fases de mundos interiores que solo quien lo vive, lo sabe…, lo siente y valora con una sonrisa lo vivido…
Si se pudiera dividir una vida en cuatro partes…sería el momento de ese germinar los frutos regados, mimados, crecidos bajo el sol y la lluvia…Es la sensación de ir probando una manzana, con la consciencia misma de anticiparse al crujir, a la textura, al sabor, brillo y prestancia de esa pequeña fruta en el paladar…Es saber esperar a qué habrá otras manzanas diferentes, mejores incluso, manzanas llenas de dulzores y aromas para ser elegidas en los momentos sublimes que quedan por vivir…
Vivir 25 años, es vivir el comienzo de otra vida…si la vida se viviera al revés, como plantea Quino… Por eso, hay un día donde la luna ríe toda llena de cosquillas, y ríe porque oye al sol cantar al ritmo de Shakira…y las estrellas se vuelven lokitas y bailan…Ese día…es hoy…Felices, soñadores e ilusionistas 25 años…25 mil sonrisas…Ana
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