Buscar este blog

viernes, 8 de julio de 2011

Que yo no quiero problemas...que los problemas amargan...Nuestro curriculum oculto, la intención precisamente, NO es lo que cuenta...


Se acercaba a los noventa años, había asistido a cinco entierros de emires ziríes, y

la vida le pesaba tanto que había tenido que recapitularla de manera minuciosa, para

después contársela a quien se la tenía que contar. Al hacerlo, se dio cuenta no sólo

de que su vida incluía la vida de sus antepasados tal y como a ella se la habían

contado, sino que, además, de cada doce episodios vividos, once estaban

determinados por la estirpe. Se dio cuenta de que para alcanzar en el futuro los

objetivos de una vida era preciso repasarla antes con minucia y hacia atrás, porque

todo en el mundo era una cadena circular y, por tanto, los eslabones del pasado

podían ser los pasos del futuro. Se dio cuenta de que los presagios que siempre

había padecido desde niña no eran vaticinios, sino recuerdos. Comprendió que los

varones eran la parte débil de las estirpes por la simple razón de que no estaban

dotados para el relato.

- Los hombres – aseguraba – cambian la palabra por la guerra, pero al final, la

cadena del mundo no está hecha de guerras sino de cuentos de guerras que sólo las
mujeres pueden transmitir.




No hay comentarios:

Publicar un comentario